En la Guerra Civil, se produjo una incorporación masiva de las mujeres al ámbito laboral, realizando actividades agrícolas, trabajando en las fábricas de armas, textiles y en los cuidados sanitarios de los heridos.
Tras la guerra, las mujeres quedan relegadas a las tareas del hogar, se restablece el código Civil de 1889. La mujer casada no podía trabajar sin el consentimiento de su marido, ni disponer de sus bienes, abrir una cuenta en el banco.
Con la promulgación de la Constitución Española de 1978 se abre el camino hacia la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres en el artículo 14, además en el artículo 35, se reconoce el derecho al trabajo de todos los españoles y en el artículo 9.2 se impone a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y remover los artículos existentes para que la igualdad sea real y efectiva entre la ciudadanía. Desde este marco, se han ido eliminando todos los obstáculos legales que impedían a las mujeres ejercer en plenitud su derecho al trabajo.
En este último cuarto de siglo la situación social de las mujeres ha experimentado una enorme evolución y ha ido acompañado por dos leyes importantes:
- ley 39/1999 del 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras
- ley 3/2007 del 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, se hace una apuesta firme de igualdad de oportunidades y se establece:
- Ampliación de los derechos laborales en materia de conciliación para las mujeres de la vida laboral, personal y familiar
- Se promueve la igualdad en la negociación colectiva
- Fomento de la Implantación de los planes de Igualdad en las empresas
- Medidas para prevenir el acoso sexual y por razón de sexo en las empresas.
- Se crea un distintivo empresarial en materia de igualdad

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